lunes, 13 de diciembre de 2010
Historias para no dormir
Mamá, ella debe ser artista
Marea de la noche oscura.
Ópera es tu olor; baile de la dulzura.
Nadie conoce nuestra amargura.
Imagina nuestras vidas futuras,
Cuando pasen las cosas más duras,
Al final del camino nos veremos, ricura.
Si la miran fijamente sólo una vez,
unos solo verían superficialidad,
si alguno de vosotros conociese su bondad,
apreciaríais lo que refleja en verdad su tez.
La Dulcinea del Toboso que con anhelo,
espera a su Quijote, en un castillo, encantada,
buscando desatarse. Noches en desvelo,
necesita calmarse, sentirse aliviada.
Unos labios que son los argumentos de la pasión.
Sus ojos exigen el cariño que necesita.
Cada centímetro de su piel, para mí, una emoción.
Sus oídos escuchan a gente que ella anima.
Frágil. Increíble. Dulce. Amiga.
Se pierde en mis ojos la inmensidad
de su calor, que a veces, me abriga.
Las energías fluyen en ti, sin maldad.
¡¡Viva!! Por conocerte y sentirte.
¡¡Viva!! Por ser esa persona que eres tú.
¡¡Viva!! Por lo que he podido quererte.
¡¡Viva!! Por todo lo que me aporta tu luz.
Escucha atentamente, o mejor, léeme:
Talento extraordinario el que tu tienes,
transforma tu arte en palabras; escríbete.
aplícalo. Tú vales, sé que es lo que quieres.
Pero por favor; no dejes de reinventarte
por convertirte en un ser tan especial para mí,
ya que, dudo que deje algún día de pensarte
y cada día, como un nacimiento, vuélvelo a vivir.
Me das lo que nadie me podrá aportar nunca:
esa mente tan refinada y tan pura,
eres la reina de la noche, eres única
bailemos hasta que se nos vaya la locura.
Pero recuerda siempre,
siempre,
siempre,
que sólo los locos...
Decimos la verdad.
Aunque se nos odie o se nos quiera por ello.
Te quiero, amor y te dedico estos versos chapuceros
porque aunque no valgan un duro, valen un te quiero.
Firmado por un loco soñador que aunque no te vea casi nada, te siente a su lado, a menudo, gracias a esa prosa tan mágica que tu tienes.
Señorita Baeza, estar en clase de Literatura sin su presencia, hace que la sienta más vacía de lo que nunca habría imaginado hace un año.
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